martes, 30 de marzo de 2010

¿Temor de hablar de clientes, promoción o utilidades en materia de educación?

Suele hablarse de eufemismos en materia de administración educativa con la excusa de no golpear a la educación y concebirla incólume en el pedestal de servicio público que representa para la sociedad. Sin embargo estos eufemismos, aunque necesarios ante ciertos públicos, son peligrosos porque hacen perder de vista a muchas directivas, rectores, profesores y directores de comunicación y mercadeo de colegios, jardines infantiles, institutos y universidades; que los objetivos de captación y retención de alumnado, son claves cuando se quiere hablar de la supervivencia para el suyo, un espacio vital para la sociedad desde la esencia de su función, pero – al fin y al cabo- un negocio que necesita sostenerse y mirarse con el cristal del mercadeo y la imagen, para permitir que siga existiendo.

Perdemos de vista que debemos implementar estrategias como:

• Gestar estrategias para el manejo de bases de información de potenciales clientes.
• Implementar un plan para detectar falencias en el servicio y un plan de mejoramiento continuo.
• Articular los indicadores de gestión en los resultados en mercadeo versus los recursos financieros, técnicos y el talento humano que se invierte.
• Detectar las utilidades que deja la organización en clave de eficiencia y eficacia.
• Evaluar la forma como la toma de decisiones incide en la forma como afronto al realidad del mercado.


En cualquier organización es clave saber que hay información, lenguaje y diversos tipos de códigos de acuerdo con el público hacia el cual se dirija y en aras de la trasparencia no se puede pretender que el anhelo de generar utilidades financieras para fortalecer un proyecto educativo, representa un problema que se debe esconder tras el velo de las palabras, las cuales siempre pesan y pesan tanto que hasta nos las creemos.