jueves, 10 de diciembre de 2009

¿Por qué desertan sus estudiantes?

Muy pocas instituciones educativas en América Latina han estudiado lo suficiente sus tasas de deserción como para comprender a fondo y con verdaderos criterios para tomar decisiones, quiénes son los estudiantes que se marchan de las instituciones y los motivos y razones que los llevan a desertar, dejando truncos los procesos de formación en básica, secundaria, universidad o postgrado. El Ministerio de Educación de Colombia dio a conocer por estos días un marco de políticas para brindar servicios de formación virtual, revelando que lo hace por un escandaloso 50% de deserción en este tipo de servicios, pero sin conocer las razones que llevan a este nivel de abandono

al proceso formativo. Aunque en semipresencial y presencial las cifras son más bajas y oscilan entre un 8 y un 15% promedio; lo realmente desconcertante es que la mayoría de las instituciones educativas o no mide o mide mal las razones o los motivos que llevan al estudiante a tomar esta decisión.


Hablamos de que los indicadores de pobreza en América Latina podrían llegar al 55% y de miseria llegan al 10%, lo cual evidencia que hay graves problemas y quizá prioridades distintas a la educación en la búsqueda de satisfacer las necesidades básicas de una población. De ahí que muchos hogares vean la educación como un medio para salir del problema, pero cuando se trata de invertir, deben priorizar la salud, la alimentación o la vivienda por encima de un servicio que permite una tasa de retorno en el mediano o a veces largo plazo. La deficiencia de recursos es un factor importante, pero no el único.

Sin duda decir: Es que no tengo dinero! es un argumento inobjetable y eso es lo que se busca muchas veces el alumno, que no se le objete su determinación de abandonar el proceso, que no se le sugiera solución alguna. Lo que deberíamos preguntarnos en medio de explicaciones tan tajantes es si ¿no se ocultan otras cosas más incómodas de compartir? Nuestra cultura es poco proclive a la crítica y solemos interpretarla muchas veces de manera errada como destrucción: quién la hace busca destruir o desprestigiar y quién la recibe no la valora pues se traga el prejuicio por no entrar en el incómodo terreno de la autoevaluación. En muchos colegios y universidades los alumnos se van porque NO ESTÁN SATISFECHOS CON EL SERVICIO RECIBIDO. Dicen que sólo un 2.5% lo va a comunicar y un 97.5% lo va a callar, salvo que se den las circunstancias para captar esta información y tomar los correctivos.

Desde mi experiencia como directivo, docente y consultor de universidades, colegios, jardines infantiles, postgrados y demás, puedo asegurar que estas son las razones de mayor peso para la deserción de alumnos, sin tomar en cuenta el tema económico, del cual no me fio mucho, pues aunque reitero lo del principio, siempre habrá una alternativa crediticia para poder resolver este problema a un estudiante-padre de familia que esté a gusto con el servicio educativo que esté recibiendo.

Las razones más comunes son:


· Se carece de sistemas eficientes de participación para el control de calidad del servicio.
· No se cumplen los contenidos prometidos.
· El nivel, trayectoria o metodología del profesorado es inadecuado.
· Las instalaciones no son aptas para recibir formación.
· Las tecnologías y TICS están ausentes de las aulas y laboratorios.
· Hay bajo nivel o desinterés por los procesos y productos de investigación.
· No hay una comunicación de doble vía con los usuarios (padres-hijos).
· No hay procesos de selección serios que permitan un nivel adecuado en el alumnado.
· Los demás estudiantes-padres de familia no representan el estilo de vida que esperaban.
· Hay malos tratos hacia el estudiante-padre de familia por parte del personal administrativo.
· No se comunican los logros de los egresados a los públicos.
· Los usuarios perciben que las metas de retorno a su inversión no se dan en otros casos.

A usted amable rector, directivo, profesor o propietario de una institución educativa, lo invito a reflexionar y autoevaluar su colegio, academia, universidad o preescolar con base en este texto y si tiene comentarios no dude en compartirlos.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Sirve MÁS un personal interno motivado




Solemos olvidarnos de quienes son las personas concretas que nos atraen nuevos alumnos a nuestra institución y quienes cuentan con un poder de persuasión enorme a la par con los alumnos y padres de familia. Se trata del público interno, conformado en su mayoría por los profesores, los administrativos y el personal de servicio de toda institución; a ellos tenemos la obligación de considerarlos clientes internos y avanzar por el logro de una identificación cada vez mayor con el proyecto.


Me encontré un interesante texto de nuestro amigo el profesor Javier Muñoz S. http://elrincondejaviermunoz.blogspot.com/2009/11/la-formacion-del-personal-de-los.html quien se refiere a la forma como debemos actuar en relación con los públicos internos de nuestros colegios, universidades, jardines, guarderías, academias o cualquier otra institución donde se presten servicios educativos.

Aunque el profesor Muñoz hace un énfasis especial en las instituciones escolares; desde mi experiencia quiero ampliar el concepto a todas las instituciones educativas, pues pienso que al final ofrecemos un servicio similar desde la integralidad, que se consume durante los diferentes ciclos de vida de una persona y que se recomienda en tonos de blanco y negro ( o es bueno o no es bueno) y por ello es importante comprender que la noción de servicio en la institución educativa es un paradigma que se repite desde el jardín hasta el doctorado, con las características particulares de cada segmento de público, pero en suma, bajo un concepto de servicio que debe ser introyectado desde la convicción humana en el personal que nos acompaña en la gestión de nuestra institución.



Los padres de familia o alumnos que se acercan a nuestros espacios de atención físicos y virtuales, esperan que se les mime y se les cuide, y
desde la recepción hasta el último rincón de nuestra institución debe comunicar en forma y en fondo, la calidad del servicio que estamos dispuestos a prestar.

No basta con buenas ideas o con producir mucho papel que reproduzca políticas y sistemas. Debemos hacer vibrar al personal con nuestra propuesta de formación. Deben ser ellos los primeros en salir a la calle y compartir la experiencia de hacer parte de un equipo de trabajo. En esto, los principios fundacionales son claves y ese es un gran vacío en muchas instituciones, donde el único propósito que une a la gente, parece ser el dinero o el crecimiento del alumnado, pero no algo que se proyecte al largo plazo, como un ideal trascendente.



Para motivar a las personas hay que apelar a su sentido trascendente, pero con base en un plan de trabajo que nos permita construir y compartir objetivos que se puedan cumplir, variar las presiones y el acoso por una sana exigencia que haga mucho más grato el trabajo ; proponer una temario de formación con fechas, plazos y competencias que se quieren alcanzar en los colaboradores; generar un clima de confianza en la forma como los demás hacen su trabajo y arriesgarse a conocer a cada integrante del equipo desde sus aptitudes y actitudes, para "dirigir" mejor su proceso de despliegue personal, de forma que los planes de formación no "caigan en paracaídas" sino que sean realmente pertinentes.



viernes, 20 de noviembre de 2009



Regar el chisme de sus servicios le sirve 1

Cuando hablamos de rumor en las organizaciones lo primero que se nos viene a la mente son experiencias, casi siempre, muy negativas en relación con algún comentario casual que pudiera haber herido nuestra imagen personal o nuestra reputación, sin embargo muy pocos se detienen a pensar en el alto poder de mercadeo y comunicación que tienen los rumores que van a vienen, para fortalecer y deteriorar la imagen de nuestro colegio, academia o universidad.

En VITAE COMUNICACIÒN & MERCADEO desarrollamos campañas dirigidas a públicos especìficos dentro y fuera de las instituciones educativas y bajo una mirada científica del rumor, como herramienta de información, diseminación y persuaciòn altamente eficiente para el logro de los objetivos de captar y reducir la deserción en nuestra institución.

Dice el profesor Juan Manuel Mannés que el 80% de los usuarios de servicios educativos conoce nuestra marca, experimenta nuestros servicios y opta por terminar sus estudios; gracias al refuerzo que ejercen en nosotros los comentarios o rumores de personas con un grado de influencia o liderazgo sobre nuestras decisiones.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Captar mejores alumnos para tener menor deserción


No sé trata únicamente de que lleguen cientos de nuevos estudiantes que nos brinden certezas en materia financiera, gracias al dinero que puede percibir nuestra institución por el pago de sus pensiones, el verdadero propósito que debería perseguir un colegio o una universidad, es captar personas que encuentren una respuesta coherente con sus capacidades e intereses en el servicio educativo que perciben en las acciones de promoción.

La primera parte de esta respuesta corresponde con los intereses que determinan la preferencia. Un padre de familia o un estudiante perciben el mensaje de nuestra institución y les interesa alguno de los componentes de nuestra propuesta de valor y por ello deciden matricularse: Habría dos opciones, en la realidad corresponde con sus intereses y permanecen matriculados porque experimentan satisfacción o en caso contrario el servicio educativo no corresponde con las expectativas y aparece ese negro fantasma que aterra a todos los gerentes de la educación: La deserción.

En segunda instancia hay que evaluar la capacidad de nuestros potenciales usuarios. Un estudiante que se identifica con la institución y percibe que recibe un servicio en contraprestación con la inversión de tiempo y dinero que está haciendo él o sus padres; trata siempre de lograr las metas que propone la institución en su proceso formativo, obteniendo buenos resultados y por ende permanencia en el colegio o universidad. Este futuro egresado, quien además saldrá satisfecho y siempre va a querer referenciar nuestra institución a otras personas, será un perfecto vehículo de publicidad. Pero ¿Qué pasa si el estudiante no logra buenos resultados cuantitativos y cualitativos en este proceso? Pues la institución podría insistir en evaluarse y detectar sus errores, ayudar al estudiante y mejorar su nivel, pero si este nivel no mejora, pues inevitablemente el estudiante sentirá que no alcanza las metas que le propone la institución y desertar interna y externamente.

En su proceso de admisión ¿Usted tiene en cuenta estos factores que podrían reducir las tasas de deserción desde un principio con una adecuada filtración de los potenciales usuarios de sus servicios educativos.

martes, 6 de octubre de 2009

Bienvenidos



Iniciamos hoy 6 de octubre de 2009 esta nueva etapa. Esta es una aventura por aprender y por compartir un tema apasionante, urgente y ya no tan polémico como es la urgencia de generar estrategias de comunicación y mercadeo para suplir la necesidad de acercar las propuestas de formación con sus públicos de interés.

Presentamos aquí algunos conocimientos adquiridos con base en la experiencia profesional o el estudio de diversos casos en organizaciones, instituciones, universidades, colegios y otros lugares donde se prestan servicios educativos o donde simplemente sobrevive el permanente anhelo de conocer, de profundizar, de aprender.

Queremos aportar algunos contenidos propios y de reconocidos expertos a nivel local, nacional e internacional, sobre el trabajo en comunicación y mercadeo que incrementa el nivel profesional del servicio de educación y aporta al incremento en el nivel de nuestras instituciones educativas en el contacto con sus públicos de interés.

Nuestra aventura, denominada como Vitae Comunicación y Mercadeo, aspira a convertirse en la socia estratégica de las principales instituciones de educación de nuestro continente en su afán de visibilizar y comunicar alternativas de mejoramiento a las condiciones de vida de las personas, desde la formación.